
En los últimos años, Chile ha vivido sucesos que han distanciado a la sociedad local. Desde la disconformidad por la nueva constitución, donde existe una polarización de los partidos políticos, como también la existencia del miedo tanto a la inseguridad que hay en el país, como también el progreso económico que establece la nación, donde el chileno cada día sufre más debido a la poca ayuda gubernamental en este ámbito.
La seguridad chilena actualmente es muy cuestionable, vivimos sucesos desde la entrada ilegal de inmigrantes extranjeros por las fronteras chilenas, hasta asesinatos e incluso cadáveres en las calles, los cuáles como ciudadanos chilenos vivimos una intranquilidad a la hora de andar por la calle, sobre todo cuando hay que salir por la noche.
Lamentablemente nos encontramos en un «gobierno de transición», donde estamos experimentando un nuevo cambio en la constitución política, en el cual ya vivimos un rechazo constitucional por este proyecto. Si las cosas no se hacen bien, Chile vivirá una de las mayores crisis institucionales de Sudamérica, donde se espera como país que este nuevo proceso constitucional sea un progreso y no un nuevo fracaso en historia chilena.
