Desde que el gobierno talibán impuso restricciones, la libertad de las mujeres afganas fue interrumpida y se les prohibió asistir a las universidades y escuelas, ocasionando un aumento en la tasa de suicidios en el último año.
Debido a la crisis que está pasando Afganistán las escuelas y universidades les negaron el acceso a educación a todas las mujeres, quitándole la libertad y el derecho a la educación. Este problema llevó a que muchas niñas y mujeres sufrieran estrés, ansiedad, irritabilidad y otros síntomas de depresión, esto ocasionó que muchas se quitaran la vida. A causa de estos comportamientos creo que es necesario que implanten medidas, para proteger la salud mental de las jóvenes, ofreciéndoles ayuda psicológica y apoyo emocional, para que puedan seguir adelante, a pesar de las circunstancias en la que están viviendo.
La psicóloga Amal, comenta que, tras el anuncio de la prohibición del acceso a las mujeres en las universidades, ha recibido todos los días múltiples llamadas pidiendo ayuda psicológica y explica que «La mejor forma de ayudar a los demás o a uno mismo es no aislándose. Puedes hablar con tus amigos, visitar a tus vecinos, formar un grupo de apoyo, que pueden ser, por ejemplo, tu madre, padre, hermanos, o amigos», por lo que me parece que es necesario que las jóvenes afganas tengan apoyo, para prevenir los intentos de suicidios que están ocurriendo en el país.
Me parece que las mujeres en general son un gran aporte para el progreso de la sociedad, por lo que encuentro que es necesario que les permitan a las jóvenes afganas la integración a los establecimientos educacionales, para que ellas puedan tener el mismo derecho a la educación que los hombres.
Por lo tanto, es una injusticia que las niñas y mujeres afganas estén vetadas de los establecimientos educacionales, quitándoles a cada una los sueños y metas que una vez tuvieron, por lo tanto, es sumamente necesario alertar a la ONU para que intervenga y para que lleve un plan para sobrellevar estos tipos de casos.
