
El hecho de empezar una columna de opinión con un título así, te condiciona a explicar el porqué del comprometedor encabezado, frente a la duda, traigo mi opinión en forma de respuesta.
No es un secreto para nadie que la juventud de nuestros días dista mucho a la de 5 años atrás. Jóvenes de 16 y 17 años tienen en su mayoría una vaga idea de cómo es que se desarrolla la política en nuestro país, desconocen figuras políticas que muchas veces inciden en sus vidas directamente. Si usted no me cree, haga el ejercicio de preguntarle a un joven de cuarto medio quién es el ministro de educación.
En adición a ello, la política no hace mucho por acercarse a las nuevas generaciones, el solo hecho del poco recambio político de la derecha marca una diferencia abismal entre políticos que llevan vidas enteras en ello, a comparación de un votante joven. Después de todo, ¿por qué habría de votar una persona de 18 o 19 años por un vejestorio que lleva apernado a un puesto de poder 20 o 30 años?. En la izquierda esta tónica se quiebra, las caras nuevas (y ya ni tan nuevas) han abundado e incluso llegado al poder, ese espíritu «revolucionario» y «libre» se vende como pan caliente en la gente joven que se interesa en la política.

Las estadísticas tampoco mienten, según el Servel, mientras más joven es el tramo de votantes, menor es la cantidad de la gente que sufraga, la desconexión de los jóvenes con la política actual es abismal. Además, según «Educarchile», solo un 8% de los jóvenes están interesados a participar en un partido político, siendo este porcentaje en su mayoría entre 24 y 29 años, pertenecientes además a un sector socioeconómico alto. En comparación a esta cifra, un 61.4% de los entrevistados cree que las redes sociales tienen un mayor impacto en sus demandas que el sufragio democrático.
En conclusión, y como opinión personal, considero que para los futuros votantes, la política no es interesante porque difícilmente se sienten identificados con alguien, cuesta hoy por hoy encontrar figuras que inspiren a la juventud dentro de la política, se tiene generalmente una vista negativa y aburrida de lo que significa la política. Además, en aras de la próxima constitución, se podría fortificar la educación cívica en los colegios, para de esta forma interiorizar a las futuras generaciones de votantes, quienes llevarán a las figuras del mañana. En suma a esta medida, también podría ser pertinente considerar en la nueva carta magna el voto obligatorio, que instaría a la juventud a aprender un poco más sobre lo que es y significa la política en Chile.