Opinión: Tiroteos escolares en EEUU, una tragedia recurrente

Internacional

En marzo de este año en la ciudad de Nashville ocurrió otro tiroteo escolar, cobrando la vida de tres menores de nueve años y tres adultos, de 60; quienes eran parte del personal de la escuela. Una vez más Estados Unidos se encuentra viviendo una tragedia desgarradora, dejando un rastro de dolor y sufrimiento en comunidades enteras, generando un profundo debate sobre el estado de la sociedad y las políticas de control de armas.

En lo que va del año se han registrado un total de 33 tiroteos en escuelas de Estados Unidos, 13 corresponden a establecimientos de educación primaria. Con estos registros surge la pregunta si alguien hará algo, se sabe muy bien que durante los primeros días la gente hablara frente a las cámaras, habrán muchas vigilias.Pero nadie hará nada esencial sobre la realidad que se vive en EEUU, que se puede tomar un arma y acribillar a personas sin ningún motivo.

Pero la realidad es que nadie ha hecho nada desde que ocurrió el primer tiroteo, no les importa que otra vez se este hablando de que niños y niñas fueran masacrados, no pasa nada aun que sea en una escuela, iglesia, campus de universidad, como siempre dejarán qué estas personas que creen tener el derecho de quitar una vida ganen.

Las armas son una reliquia sagrada en Estados Unidos. Un talismán sagrado. Son más importantes que la vida misma.La disponibilidad de armas de alta potencia y la falta de regulaciones estrictas han contribuido a que cualquier persona, incluidos aquellos con malas intenciones, puedan obtener un arma con relativa facilidad. Es de extrema urgencia que establezcamos políticas de control de armas más rigurosas, incluyendo verificaciones de antecedentes y restricciones sobre la venta de armas de alto calibre.

Los tiroteos escolares son una mancha oscura en la historia de Estados Unidos. Debemos enfrentar esta realidad con valentía y determinación, y trabajar juntos para proteger a las generaciones futuras, es por eso que EEUU se una cómo nación , dejando de lado las diferencias y priorizando la seguridad y el bienestar de sus jóvenes. Solo entonces podrán esperar un futuro donde los tiroteos escolares sean una página triste y lejana en los libros de historia, en lugar de una realidad espantosa que continúa afectando las vidas de muchos ciudadanos estadounidenses.

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