Columna | Chile, el oasis de la inestabilidad democrática

Política

“Chile, la alegría ya viene” se cantó al unísono alguna vez, hace 35 años en adelante

Actualmente, esta aporreada nación (socialmente hablando) cuenta con una democracia categorizada como estable y si bien lleva décadas siendo así, vale la pena entrar en la duda, ¿la alegría iba a venir?, y si realmente iba a venir, ¿para quiénes llegaría aquella alegría?. Aunque en este cuestionamiento cabe la subjetividad, las respuestas no deben ser esencialmente firmes, pues todo muta y se transforma.
 
¡La democracia llegó! Llegó junto a la familia Kast a diferentes sectores del ejercicio político, siendo el padre de esta Michael Kast, soldado del partido nazi en su juventud, quien se mudó a Chile tras la derrota de los nazis en Alemania.
La democracia llegó también junto al informe Rettig, texto de la década de los 90 donde fueron redactadas las violaciones a los DD. HH. perpetuadas hacia hombres y mujeres durante la dictadura, pero espacio no hubo para personas fuera del espectro binario de lo cisgénero. Conjunto a ello también se podría hablar sobre los crímenes de odio y lesa humanidad hacia las disidencias, porque los crímenes de odio han existido tanto como la comunidad queer, pero aun así no hubo hojas suficientes en el informe para redactar la transfobia y homofobia de los agentes del Estado. Y si alguien quiere pensar que la transfobia u homofobia no existe, bueno, que lo crea, independiente de su inocente mente, la discriminación y el odio existen igual.
 
La democracia llegó de una manera tan amplia que los agentes del Estado han seguido atacando al pueblo que deberían proteger, llegó lo suficientemente amplia para que activistas trans fueran silenciadas a bala, como lo fue Emilia Bau, protectora de la tierra y los animales y nadie en el senado se esforzara tanto mentalmente como con la Ley Naín-Retamal.
 
La utopía es aquello que nos motiva a realizar los cambios, pero una democracia pareja, sin distinciones, sin excepciones, no debería ser una utopía, debería ser una garantía. Si bien no todo es tan malo, no todo podía ser tan bueno.

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