Los múltiples ataques incendiarios ocurridos en la región del Bío Bío y la Araucanía, son de conocimiento público. Pero, ¿Qué se está haciendo realmente frente al tema? Una interrogante que sin duda deja en jaque a las autoridades de dichas zonas, realizando un análisis de los mecanismos de defensa hacia estas prácticas inaceptables, que atentan en contra de los habitantes de estos predios. Evidenciando la falta de diálogo perteneciente en estas regiones y la violencia que se apoderó de carreteras y caminos rurales.
Es intolerable la manera en la que se adueñan de senderos de libre acceso, mostrando una superioridad por sobre los habitantes de terrenos aledaños, imposibilitando la tranquilidad dentro de sectores en donde se practica la sustracción de madera.
Realmente resulta triste presenciar cómo la gente siente temor al transitar por la carretera en dirección al sur de nuestro país, ver camiones quemados en el camino, militares ubicados en las entradas de algunas ciudades y vivir con el miedo latente de un ataque inesperado durante el trayecto.
Estamos ajenos de lo que sucede en el sur de Chile, como las forestales se apoderan de millones de hectáreas, los incendios se vuelven cada vez más comunes y la calidad de vida de los vecinos que quedan en medio de la lucha de terrenos es nefasta.