Fue en el programa Estado Nacional de TVN en donde Beatriz Hevia, militante del Partido Republicano, se le consultó su postura respecto a Pinochet y las violaciones a los Derechos Humanos durante dictadura, a lo que respondió con que no tendría sentido referirse a sucesos que ella no vivió.

Anular la oportunidad a opinar fue la estrategia que utilizó Hevia, siendo una herramienta de alta utilidad en el mundo político para no sumergirse en controversias. “Nací en el 92 y referirme a hechos que no viví y no conozco en detalle, más allá de lo que uno puede conocer y aprender, no tiene sentido” es la frase que marcó uno de los primeros pasos de la actual presidenta de este segundo intento de órgano constitucional tras preguntarle respecto a los dichos de su compañero de partido, Luis Silva, quién nombró a Pinochet como un estadista.
Los anteriores dichos de Silva provocaron fuertes reacciones en diversos lugares, incluyendo el mundo virtual de las redes sociales hasta llegar a la presidencia. “Augusto Pinochet fue un dictador, esencialmente anti demócrata, cuyo Gobierno mató, torturó, exilió e hizo desaparecer a quienes pensaban distinto. Fue también corrupto y ladrón. Cobarde hasta el final hizo todo lo que estuvo a su alcance por evadir la justicia. Estadista jamás” twitteó Gabriel Boric, presidente de la República.
Ante todo el escándalo que levantó Silva con sus coqueteos hacia Pinochet, es que al parecer las estrategias del Partido Republicano son tener una presidenta en el organismo constitucional y mantener la cabeza baja para no afectar la credibilidad de José Antonio Kast, exdiputado que no sorprendería en un nuevo intento de llegar a la presidencia.
La joven Beatriz finalmente fue categorizada como “la favorita de Kast” entre algunos, pues usar la estrategia de no opinar resultaría bastante útil para no quedar mal con nadie. Sin embargo, que futuros comentarios del partido conocido por su admiración hacia la dictadura vuelvan a estar bajo la mira nacional no sería un nuevo acontecimiento.